Cine Latino: BYE BYE HABANA
Una sentencia reflexiva, acertada; el inicio del viaje a una realidad singular; Una extraña confluencia con la realidad humana en el sentido filosófico de la búsqueda de la felicidad, declarada por Aristóteles:
La búsqueda de la felicidad debe ser cooperativa, no competitiva. No tenemos la visión precisa de ella, a menos que la veamos como algo que los hombres puedan ayudar a uno para alcanzarlo, en lugar de lograrlo golpeando a sus vecinos.
A pesar de que el film Bye Bye Habana no tenga una posición política especificada -o porque no lo tiene-, se muestra en ella una denuncia social a través de la estructura precisamente política en la que el país subsiste.
El socialismo ha hecho de Cuba el verdugo de su propia esperanza; así se muestra en las singulares imágenes que el director ha querido resaltar. Quizá simplemente la verdad.
Es un documento sentimental, en la que se señala las necesidades ínfimas de la existencia, así como el goce de aquellas pequeñas fortunas que finalmente el destino no puede segar. Revestido de sentidos objetivos, la intención del documento así, parece centrarse en las consecuencias en que ha resultado el empecinado sistema socialista que lidera Fidel Castro y el enclaustramiento que ha dado lugar a una honda pobreza y depresión social de su gente.
Mi inclinación, en este sentido, se dirige más a revelar las impresiones digamos subjetivas -aunque obvias- que me ha provocado este singular documental.
La plegaria del sentimiento, en una sola voz, distante de su tierra: A diario los revolucionarios tenemos que luchar con una serie de problemas cotidianos… los cubanos estamos regados por todo el mundo, preguntándonos el porqué de esta maldición de estar todos separados. Hasta cuándo vida mía, tendremos que esperar por la promesa de ese día? Hasta cuándo tengo que ir y regresar cargando algunos cabos sueltos de mi identidad. .. Guerrear nos ponen en pugna con nuestros objetivos, legalicen la paz!
Es un impresionante contraste, la sociedad capitalista actual, los vicios que se han formado en la estructura capitalista, neoliberal, muy particularmente el consumismo y toda aquella industria que la genera. El tiempo como el mismo dinero, la tecnología, la modernización la carrera bélica-económica de los países.
Y Cuba, una isla en el naufragio, silenciosa en su propio discurso; porque hablan sus calles, sus edificios desolados, su gente que aguantan las palabras escondiendo su inconformidad, su resignación hasta el dolor y lo más irresoluble, como la muerte en la lucha, cuando el horizonte es azul desde el malecón a la orilla del mar. Pero, como una paradoja obligada, la inusitada alegría de las danzas, la alegría de su gente cediendo a los instantes de felicidad, del calor latino que emerge siempre como una esperanza. Sin embargo un lugar de completo rezago a lo que el mundo moderno está logrando, o lo que es lo mismo, padeciendo, finalmente con avanzadas civilizaciones, con avanzada modernización en que las sociedades se mueven en torno a la competitividad y acumulación de riquezas y el incentivo entonces del consumo y la producción.
Objetivamente, en el film se afirman realidades que han sido motivo del establecimiento del sistema y que ahora son las propias consecuencias de la misma: La prostitución de las mujeres cubanas (un importante atractivo turístico) por otro lado, la creciente delincuencia, la degradación de los valores morales, la gente que recibe dólares y la que debe conformarse con lo que recibe del gobierno, sutiles ventajas para unos y no así para otros.
Los significados de las imágenes, las escenas poéticas que sutilmente se capturan en el film. Al respecto quiero mencionar algunas.
Un paño viejo colgando en un balcón desvencijado, el viento, el tiempo en él, la ausencia. Y abajo, en las calles, la gente parece no estar apresurada, el tiempo parece no ser una preocupación, quizá porque no se espera un futuro cierto en esos largos días; la imagen del reloj sin manecillas, el tiempo aparece como infinito, los días pasan iguales, como un sueño ido, como una ilusión prohibida. Los sueños, las posibilidades de los sueños hacen el tiempo, la añoranza y la esperanza. Así, alguien allí declara, resignado, con vano enojo: no tengo nada pa comer, y su mirada oscura y la vejez sumada a su tristeza - y tú, sí lo tienes. Y algo tan peculiar una pareja de ancianos danzando, una sutil medida del tiempo, la felicidad finalmente en el baile, y después la muerte. Así, el niño en un balconcillo, esperando, el tiempo de la vida, la tímida sonrisa de la esperanza, el cansancio, el vacío, lo arrancado, la ausencia.
Como una sonrisa cierta entre las lágrimas, por el recuerdo quizá de lo que una vez fue Cuba, próspera, moderna: un hombre canta (la música es tan significativo en el film) su alegría y modestia hacen pensar la belleza que subsiste y lo rescatable en la gente cubana y hace saber que es importante sostener la creencia de que un mundo mejor realmente es posible, como prometiera otrora la revolución.
Y las palabras del Comandante Che Guevara, en una escena silente, una anciana doblegada por sus años caminando inclinada, afirmando sus pasos con un bastón, vendiendo el periódico; la prensa del sistema, claro: Nuestros ojos libres se abren hoy a nuevos horizontes y son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar, que la civilización occidental esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales...
Bye Bye Habana, en general señala muchos aspectos de una realidad que no podemos prescindir como pueblos con semejanzas ineludibles; que poseemos valores y conocemos la historia a través de la misma esclavitud, del rescate de nuestras tierras y de la libertad que significó la muerte, el cautiverio de los héroes revolucionarios que lograron a sangre y puño lo que ahora somos, todavía con mucho camino por transitar, es cierto, pero nos hicieron naciones soberanas. Es importante tener conciencia de las realidades que nos rodean y en manera cierta, que amenazan, pero también conciencia del potencial que poseemos para hacerlo saber a todos de lo que somos capaces.
Por Shirley Cussi
CINE LATINO / UNAM
Diciembre. 6, 2005
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